//

miércoles, 31 de diciembre de 2025

Sobrevivir no basta, hay que vivir el 2026

Tras carencias y desafíos —entre apagones y ausencias—, los cubanos despiden 2025 con una resistencia que mantiene la esperanza porque vivir es una decisión llena de amor y esperanza...

Félix Arturo Chang León en Exclusivo 31/12/2025
0 comentarios
Sobrevivir no basta, hay que vivir el 2026
Si dejamos que el desaliento domine, no quedarán ganas de recuperar, inventar ni soñar. Y soñar sigue siendo un acto de resistencia. Caricatura: Alfredo Martirena Hernández. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

A pesar de las sombras de un año calamitoso, los cubanos buscan luz para resistir porque el alma pide razones para vivir tras tanto aguante, pues llega el momento de recordar que la existencia no se mide en carencias, sino en la fuerza de seguir soñando.

Cansados, con la escasez hasta el cuello, persiste algo invencible: la voluntad de vivir con fe, humor y amor para vencer las pruebas que 2025 puso al cuerpo y al alma con la falta de casi todo.

Atravesar estos tiempos difíciles, es el acto más bello y valiente, sobre todo si se tiene sentido de existir, aplicando la ciencia del buen vivir para hallar armonía e interpretar los matices de la realidad.

Mientras hemos estado a bordo de este planeta aferrados a un pedazo de casi 110 mil kilómetros cuadrados, hemos aprendido el casi imposible arte del equilibrio del mundo interior para vivir con propósito.

Quienes han buscado experiencias ajenas para diseñar su camino, han fracasado porque si en algún lugar la vida es una creación propia, es en esta isla donde hay que ser capaz de reconocer las dificultades materiales y tener ideas que fortalezcan el ánimo con mirada realista.

Tampoco basta que alguien insista en convencernos de usar la fortaleza interior y en la necesidad de abonar la esperanza colectiva. Se requiere más y hay que encontrar ese más.

El momento no facilita sembrar optimismo porque nunca ha sido sencillo plantar la semilla en tierra dura y reseca, y menos cuando la luz no se ve en medio del apagón, pero hay que resistir sonrientes y saber descubrir el sol detrás de las nubes de escasez.

Cuando la tierra complete lo que se siente como el más largo de los recorridos alrededor del sol, habrá quienes ejerzan su derecho a sentir más cansancio que celebración, algo comprensible porque fueron 365 días de dura resistencia, inventiva y paciencia.

Las penurias materiales estuvieron mezcladas con victorias que sostienen el ánimo al conseguir algo para comer, esquivar los golpes de los precios y los mosquitos que, si no infectan, molestan con las picadas cuando hay calor, sueño, cansancio y apagones.

Esas victorias (sí, victorias porque lo son) también están en cada trabajador que no perdió la esperanza, que inventa, recicla o crea algo nuevo donde parecía no haber nada, y constituyen ejemplos no siempre visibilizados en un país que, aunque magullado y maltrecho, sigue viviendo.

Una de las mayores virtudes ha sido la capacidad de echar una carcajada a pesar de que falte casi todo, o exigir mejorías sin recurrir al Capitalismo, aunque se haya acabado de reír a mandíbula batiente por un humor usado como arma de guerra psicológica contra el Socialismo.

Cuba vivió el 2025 con el colosal desafío de no hundirse en la resignación, ni aceptar la derrota, aunque no todos confíen en una victoria pronta y segura, pues al final, lo más heroico no es seguir vivos ni sobrevivir, sino seguir convencidos de que vale la pena vivir.


Compartir

Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos